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El tío Andrés: Es otra vez mi sobrina María Amparo, ¿verdad?, ¿Continúa con sus anhelos de seguir estudiando?

 

Doña Josefa: Sí, ha tenido un fuerte altercado con Alonso, no entiende que una hija no le debe contestar así a su padre. Imagínate, ahora le dio la opción de tres escuelas a las que podría entrar y una de ellas ¡Es la tradicional para varones!, Alonso casi se desmaya al saberlo, te imaginas la deshonra que causaría tu sobrina a la familia.

 

El tío Andrés: Pues no me parece tan mala la idea, poco a poco las mujeres se han inscrito a la Nacional Preparatoria, aunque tienes razón en que son pocas aún y no siempre son bien vistas por nuestras amistades, pero ¡A que no sabes la nueva noticia!, cuando tu hija la sepa se va a emocionar.

 

Doña Josefa: ¿Nueva noticia? ¡No alientes a mi hija Andrés! Tú eres el que la incita y así solo tenemos problemas en la casa.

El tío Andrés: Por favor hermana, sabes que en el caso de que María Amparo se casara y quedara viuda podría tener problemas económicos, peor aún, si alguno de los hermanos de Leopoldo se ocupa de los bienes que ella pueda heredar. Tú bien sabes que a las mujeres no se les deja intervenir en la administración de sus propiedades porque se considera que no tienen ni idea de cómo hacerlo, ya ves lo que le pasó a nuestra hermana Antonieta. Si hubiera estudiado, tal vez se dedicaría al magisterio o a la obstetricia, muchas mujeres que han caído en desgracia salen así adelante.

 

En fin, la noticia es que muy pronto tendremos a ¡La primera abogada del país!, María Asunción Sandoval está a punto de graduarse de la Escuela de Jurisprudencia, éste es su último año de estudios.

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