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Doña Josefa: ¡Por Dios, una abogada! ¡No te atrevas a contarle a Amparo! De lo contrario querrá ser abogada como Leopoldo y eso arruinaría por completo su matrimonio que es para lo que nacemos las mujeres, su vida podría ser desdichada si se convierte en la solterona de la calle.

 

El tío Andrés: Bueno bueno, no le diré nada a mi sobrina, pero ¿No has pensado que quizás sea bueno que ella estudie? Podría entrar a la Normal Femenina, es una escuela que a partir de la última década ha dado muy buenos resultados. Así tu hija saciaría sus ansias de conocimiento y se convertiría en un elemento útil a la sociedad, se necesitan profesoras que ayuden a alfabetizar al país. Además, ser profesora está considerado como una prolongación del rol de madre, así no se alejaría de su deber ser femenino.

Yo sólo te doy mi opinión de lo que he escuchado y leído, ya desde hace casi diez años que la educación post-elemental femenina se discutió en los Congresos Nacionales de Instrucción Pública

 y se llegó a la conclusión de que es necesario que la mujer estudie para que también contribuya a la nación, ¿Por qué crees que modificaron la Secundaria de Niñas y ahora es la Normal para Profesoras? Te lo digo porque ahí participaron médicos que se han interesado por la educación, ahí tienes al Dr. Luis E. Ruiz o al Dr. Manuel Flores, quienes incluso dan clases en esa escuela, sabes que son hombres de fiar, si no creyeran en esta necesidad no pasarían su tiempo educando a las mujeres.

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